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En el año 1887 una señora llamada Pia abriò un rinconcito donde vendìa Farinata (una especie de gacha hecha con harina de garbanzo), Castagnaccio y Focaccia. Una comida sencilla para los pobres como obreros y artesanos que asì tenìan la posibilidad de comer por unos centavos. Durante la Segunda Guerra Mondial la ciudad de La Spezia fue bombardeada y e lugar donde Pia trabajaba también quedò destruido. Sin embargo, la guerra no logrò derribar la voluntad de doña Pia que volviò a abrir su actividad en la calle Magenta empezando a vender tambien pizza. Después de la guerra el lugar fue creciendo en popularidad gracias al servicio de mesa que se habìa introducido convirtiendose en punto de referencia para la ciudad. A pesar de que hayan pasado muchos años, las recetas siempre son lo que solìan ser una vez: agua, harina y sal.
